Cómo elegir los productos de cuidado de la piel

Cómo elegir los productos de cuidado de la piel adecuados para tu tipo de piel

La búsqueda de una rutina de cuidado de la piel perfecta puede parecer desafiante en medio de la abrumadora cantidad de opciones en el mercado. Desde sérums, tónicos, lociones y cremas hasta limpiadores, doble limpieza y exfoliantes, la variedad de productos puede dejarte preguntándote: ¿Cuál es el adecuado para mi tipo de piel? ¿Lo estaré haciendo bien?

En este artículo, exploraremos cómo simplificar y personalizar tu rutina de cuidado facial para alcanzar la versión más saludable de tu piel.

1. Comprende tu Tipo de Piel

Es cierto que hay tantos tipos de piel como personas en el mundo pero, como en la alimentación, todos necesitamos las mismas vitaminas e ingredientes. Lo único que cambia son las texturas y la tolerancia. Antes de sumergirte en el vasto océano de opciones para el cuidado de la piel, es crucial comprender el estado de tu piel. Hablo del estado de tu piel y no del tipo de piel porque puede cambiar a lo largo de la vida por diversas razones. En este momento, tu piel ¿Es grasa, seca, mixta o sensible? 

¿Cómo determinar el estado de tu piel?

  1. Piel Grasa: Suelen tener poros más grandes y producir más sebo. Busca productos no comedogénicos y no muy grasos para mantener la piel equilibrada. Los retinoides (vitamina A), la niacinamida, la hidratación y los exfoliantes también ayudan a equilibrar la producción de sebo en la piel.
  2. Piel Seca: Necesita hidratación intensa. Opta por productos ricos en ingredientes humectantes como el ácido hialurónico y el pantenol.
  3. Piel Mixta: Suele ser una piel grasa deshidratada. Busca productos diseñados para aumentar la hidratación y controlar el exceso de grasa. 
  4. Piel Sensible o Sensibilizada: Reacciona fácilmente a una gran cantidad de ingredientes y fragancias. Elige productos suaves, sin perfume, diseñados para pieles sensibles y con muy pocos ingredientes.

Método R te lo pone fácil, por su enfoque único: rutinas cosméticas diseñadas para mejorar la salud de la piel y prevenir el envejecimiento. Nuestra propuesta no se limita a productos individuales, sino que se basa en la combinación de productos. Esta combinación, respaldada por la amplia experiencia de los dermatólogos que han desarrollado nuestra marca, y publicada en la revista científica internacional más importante, la JCD, ofrece los mejores resultados cosméticos.

2. Lee las Etiquetas de los Productos

Las etiquetas de los productos de cuidado de la piel son como mapas que te guían hacia el tesoro de una piel saludable. Indicar los ingredientes activos de los cosméticos y sus concentraciones es un signo de transparencia. 

Si tienes la piel sensible o sensibilizada, presta atención a los ingredientes clave, busca aquellos que han demostrado eficacia como protectores de la barrera de la piel y evita aquellos que puedan desencadenar irritaciones o reacciones alérgicas. Insiste mucho en la hidratación, no te fíes de los productos naturales porque a menudo son más irritantes y busca cosméticos con muy pocos ingredientes.

3. Sin rutina no hay resultados. Establece una Rutina Básica

Una rutina básica de cuidado de la piel generalmente incluye limpieza, hidratación y fotoprotección. Para elegir los productos adecuados, ten en cuenta las necesidades específicas de tu piel.

  • Limpiadores: independientemente de tu tipo de piel, opta por limpiadores suaves e hidratantes. No pierdas la ocasión de aprovechar ese paso para insistir en la hidratación. Y cuando hablamos de hidratación, nos referimos a activos hidratantes como el ácido hialurónico y el pantenol.
  • Hidratantes: la hidratación es clave, incluso para las pieles grasas. Utiliza fórmulas ligeras para pieles grasas y cremas más ricas para pieles secas pero insiste en la hidratación porque es uno de los pasos más importantes para la salud de la piel. Asegúrate de que esté presente en todos los pasos de la rutina. 
  • Fotoprotección. subrayamos la importancia de la fotoprotección, siempre con sentido común. En invierno, si no te vas a exponer al sol, en nuestra opinión, no es necesario. En verano, o cuando vas a esquiar o hacer deporte al aire libre, protégete al máximo, con fotoprotectores físicos, también conocidos como minerales. 

4. Introduce Productos Específicos Según tus Necesidades

Una vez establecida tu rutina básica, puedes incorporar productos específicos para abordar preocupaciones adicionales. Esto podría incluir serums con activos para la prevención del envejecimiento, tratamientos para el acné o productos para el contorno de ojos.

  • Sérum: Elige ingredientes como vitamina C, el ácido ferúlico y la niacinamida para combatir los signos del envejecimiento o activos más específicos para tratar afecciones de la piel, según la recomendación de tu dermatólogo. Intenta que tu serum sea completo e incluya todo lo que tu piel necesita, en un único producto.  
  • Si tienes la piel sensible, sensibilizada o simplemente quieres mantener tu piel saludable, busca activos hidratantes y reparadores de la barrera de la piel.
  • Y para prevenir y mejorar los signos de envejecimiento, activos como los retinoides, el ácido kójico, el ácido hialurónico, la niacinamida, los péptidos y los exfoliantes. 

5. Empieza con Cautela

Elige bien el momento ideal para cambiar tu rutina de cuidado de la piel. Si estás introduciendo ingredientes activos por primera vez, asegúrate de que tu piel esté sana y bien hidratada. Si tienes dudas, haz una cura de hidratación, utilizando una crema muy hidratante por la mañana y por la noche durante 2 semanas antes de empezar. Evita empezar antes de las vacaciones de esquí o de verano porque si tomas el sol con la piel irritada, es posible que te salgan manchas. 

6. Consulta a un Profesional de la Piel

Siempre es útil consultar a un dermatólogo o profesional de la piel para obtener orientación personalizada. Ellos pueden ayudarte a identificar problemas específicos y recomendarte productos adaptados a tus necesidades.

En resumen, elegir los productos de cuidado de la piel adecuados para tu piel implica comprender tus necesidades específicas actuales, leer cuidadosamente las etiquetas de los productos, establecer una rutina básica y empezar con precaución. Ser constante con tu rutina de cuidado de la piel te permitirá lograr una piel radiante y saludable que refleje el cariño que le brindas. 

Tu piel es única. Cuídala, mímala, agradécela. 

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